La misión que dejó Monseñor Roubineua fue la de “formar jóvenes religados a Dios para renovar la faz de la tierra, capaces de servir a la patria y de formar hogares”.
De esta manera, promovemos la formación integral de los jóvenes teniendo su fundamento en Cristo, con identidad eclesial y cultural, y con excelencia académica; procurando así alcanzar una síntesis entre fe y cultura, ofreciendo una concepción cristiana de la vida.